28 de julio

SALMO 32 NVI

Salmo de David. Masquil.

Dichoso aquel

a quien se le perdonan sus transgresiones,

a quien se le borran sus pecados.

Dichoso aquel

a quien el Señor no toma en cuenta su maldad

y en cuyo espíritu no hay engaño.

Mientras guardé silencio,

mis huesos se fueron consumiendo

por mi gemir de todo el día.

Mi fuerza se fue debilitando

como al calor del verano,

porque día y noche

tu mano pesaba sobre mí.Selah

Pero te confesé mi pecado,

y no te oculté mi maldad.

Me dije: «Voy a confesar mis transgresiones al Señor»,

y tú perdonaste mi maldad y mi pecado.Selah

Por eso los fieles te invocan

en momentos de angustia;

caudalosas aguas podrán desbordarse,

pero a ellos no los alcanzarán.

Tú eres mi refugio;

tú me protegerás del peligro

y me rodearás con cánticos de liberación.Selah

El Señor dice:

«Yo te instruiré,

yo te mostraré el camino que debes seguir;

yo te daré consejos y velaré por ti.

No seas como el mulo o el caballo,

que no tienen discernimiento,

y cuyo brío hay que domar con brida y freno,

para acercarlos a ti».

Muchas son las calamidades de los malvados,

pero el gran amor del Señor

envuelve a los que en él confían.

¡Alegraos, vosotros los justos;

regocijaos en el Señor!

¡Cantad todos vosotros,

los rectos de corazón!