Avanzando Juntas es un boletín para mujeres que sirven o se preparan para el liderazgo ministerial en La Iglesia Wesleyana. Cada mes queremos encarnar 1 Tesalonicenses 5:11:

«Por lo tanto, anímense unos a otros  y edifiquen unos a otros, tal como de hecho lo están haciendo»

En el mes de Junio inician las conferencias distritales en La Iglesia Wesleyana. Muchas ministras serán reconocidas en los servicios de ordenación. En esta edición compartimos las experiencias de nuestras hermanas y sus perspectivas con respecto a la preparación ministerial.

Animarse unas a otras

Llevar las Buenas Nuevas y obtener frutos no es tarea fácil. La única forma de hacer discípulos es persistir en el camino de Cristo. Dios envía a las personas que serán parte de tu formación para hacerte crecer y formarte en el proceso.  A la vez Dios te da la oportunidad de ser parte de la formación y el proceso de otros, que darán testimonio de Cristo en sus vidas. La palabra dice que “la mies es mucha, más los obreros pocos” Mateo 9:37. Y aquí en la región de los Grandes Lagos se está cumpliendo; La Iglesia Hispana está en crecimiento y desarrollo, el Señor está levantando a esos líderes que lo buscan en espíritu y en verdad, y que están comprometidos de corazón para prepararse y trabajar para el Reino cumpliendo con la misión de los Hijos de Dios. «Id por todo el mundo y Predicar el Evangelio a toda criatura» Marcos 16:15.
En este Kairós de Dios estamos viviendo un avivamiento, muchos jóvenes quieren avanzar en el Reino. La Iglesia Casa de Restauración en Wisconsin está comprometida, tiene visión de expansión y está preparando los líderes, líderes que con su testimonio en Cristo serán parte de esos obreros enviados por Dios. El saber que tenemos muchos miembros de la Iglesia Casa de Restauración que serán ministros estudiantiles representantes de los Grandes Lagos, nos llena de gozo y victoria, porque sabemos que nuestro trabajo en el Señor no es en vano.
Estoy agradecida con el Señor por ser parte de este proceso en la vida de cada uno de estos líderes, ahora ministros estudiantiles, poder ver su desarrollo entre aciertos y desaciertos, pero siempre avanzando enfocados en el único que merece toda la gloria y honra: Jesucristo.

Estoy agradecida de pertenecer al Ministerio donde Dios me plantó y cumplir con la asignación por Su gracia y amor inmerecido hacia conmigo.

Pastora Adriana Ortiz,  junto a su esposo y tres hijos sirven como parte del equipo de liderazgo de la Iglesia Casa de Restauración en New Berlin, Wisconsin.

Edificarse mutuamente

¿Por qué nos preparamos?

Al parecer en las sociedades en las que vivimos se ha tenido el concepto de que las personas deben estudiar y prepararse para ser alguien renombrado, para tener mejores oportunidades, para lograr diplomas, aun para ganar más dinero y obtener una mejor calidad de vida. Sin embargo, creemos que en nuestro caso como mujeres que amamos a Dios es diferente, las razones por la que nos capacitamos no contemplan las motivaciones personales, o por satisfacer las demandas de la sociedad, nosotras nos preparamos para cumplir con una misión, misión que es más grande que nuestra vida misma. La misión de Dios.

El apóstol Pablo, menciona en el libro de Romanos, Capítulo1, versos 14 y 15 que siente una deuda; no con él mismo, él tiene una obligación con la humanidad y esta es compartir el evangelio, predicar las buenas nuevas de Salvación. En este texto encontramos la razón del esfuerzo, de la preparación, de la educación, de la formación; ese motivo es el deber, la urgencia y la necesidad de ser la representante de Jesús en la casa, la ciudad y la sociedad.

El Dios de toda gracia pensó en que mujeres como tú y yo, con debilidades y fortalezas fuéramos parte protagonista de Su misión, en esta medida él nos da la oportunidad de influenciar a otros, de hablar palabras que pueden cambiar la historia de generaciones, autoridad para desde la oración detener el mal y poder para iluminar en medio de las tinieblas.
Es grandioso el hecho de saber que nuestra existencia no es pasajera y no debe ser monótona y mucho menos sin sentido, la vida que el Creador nos ha dado pertenece a Su propósito, para ser misioneras llenas del Espíritu, para amar lo que el Padre ama y realizar aún mayores cosas que las que Jesús hizo. Juan 14:12.

Por todo esto damos un paso adelante, en medio del cansancio diario y las obligaciones como mujeres, caminamos con la cabeza en alto, buscando la forma de adquirir y utilizar las herramientas y las armas que el dueño de la misión da, para ser eficaces en la encomienda que se nos ha dado.
Esta es la razón por la que nos levantamos temprano y nos acostamos tarde estudiando y meditando la palabra y abrimos nuestra alacena y nuestro bolsillo para dar alegremente. Este es el motivo por el que tomamos clases y hacemos lecturas, buscando consejo y siguiendo la instrucción de nuestros mentores y pastores. Por todo lo anterior caemos sobre nuestras rodillas cada día a buscar desde allí cambiar el mundo.
Ya que estamos diseñadas para cumplir la misión de Dios, dejamos el nombre del Señor en alto, marcando nuestra historia, haciendo la diferencia en esta tierra lejana, pero prometida al mismo tiempo. Nos sentimos obligadas con un entorno que necesita a Cristo. Allí está nuestro sentido de urgencia al prepararnos, cumplir a cabalidad y con toda excelencia la misión que se nos ha entregado.

Rev. Ingrid Martinez. DMin, Originaria de Colombia reside en Ohio donde junto a su esposo Pastorean la Red de Iglesias Casa sobre la Roca. 

Haciendo Ministerio

Nuestra Herencia Wesleyana

La Iglesia Wesleyana tiene una rica herencia en el movimiento contra la esclavitud en los Estados Unidos a mediados del siglo XIX. Uno de los cuerpos precedentes de la denominación actual nació y floreció bajo tal bandera. Si bien la cultura actual es más sutil en sus expresiones de prejuicio que las de una era anterior, la Iglesia Wesleyana hoy es y debe seguir siendo tan clara en la denuncia de prejuicios como lo fueron nuestros padres fundadores.

“Creemos que cada individuo posee el derecho fundamental de vivir y ser respetado como ser humano. Estos derechos se derivan de haber sido creados a imagen de Dios y de la muerte vicaria de Jesucristo por todas las personas”. (Iglesia y Cultura, p. 10).
“Ninguna persona por la que Cristo murió es inútil. Cada individuo debe ser respetado como persona de valor y dignidad intrínsecos, y no sujeto a discriminación. La discriminación entre las personas por motivos de etnia, color, origen nacional, género, edad, riqueza o dificultad física debe ser superada por la unidad del amor cristiano y la sumisión personal común a Cristo”. (Iglesia y Cultura, p. 10)
“La Iglesia Wesleyana mantiene el derecho de oportunidad igual para todos los individuos política, económica y religiosamente, y se compromete a un esfuerzo activo para causar la posesion de la dignidad y la felicidad de todas las personas en todas partes”. (2016 Disciplina 410:1)
“A pesar de algunas fuerzas que buscan deshacer nuestra posición de larga data sobre la ordenación de mujeres, nos negamos a ceder en este tema; no toleraremos el bloqueo de la ordenación de una persona debido a su género, porque creemos que tanto hombres como mujeres son llamados al ministerio y por lo tanto deben ser ordenados. Además, condenamos cualquier práctica de liderazgo exclusivamente masculino en las juntas o comités de la iglesia, excluyendo a las mujeres de estos puestos ya sea por política pública o por política no oficial acordada tras bambalinas, porque creemos que cuando se trata de la voluntad de Dios dones, gracias y llamados, no hay varón ni mujer.” (“Declaración sobre cuestiones sociales”, adoptada por la Conferencia General de 1996)
Creemos que nuestra experiencia durante los últimos 150 años afirma el hecho de que el Espíritu Santo unge y bendice el ministerio de la mujer. Podemos proporcionar ejemplos de pastores, evangelistas, predicadores, maestros, misioneros, plantadores de iglesias y líderes de iglesias que han prestado un servicio ungido y empoderado por el Espíritu. Han ganado miles de conversos, reclutado decenas de ministros y líderes (tanto hombres como mujeres), establecido decenas de iglesias, desarrollado campos misioneros y enseñado a generaciones enteras de ministros en algunos campos en el extranjero, a menudo sirviendo donde nadie más iría.
Sobre la base de la enseñanza total de las Escrituras, el llamado soberano de Dios a las mujeres y la demostración de la sanción divina y el empoderamiento de las mujeres en el ministerio en nuestra propia historia denominacional, así como en la del movimiento de santidad más amplio, la Iglesia Wesleyana afirma que la mujer es completamente igual al hombre en cuanto a su responsabilidad, según lo indique el Espíritu Santo y lo autorice la Iglesia, de predicar, enseñar, dirigir, gobernar o servir en cualquier oficio o ministerio de la Iglesia.

Preparado por el Grupo de Trabajo sobre la Mujer en el Ministerio nombrado por la Junta General de la Iglesia Wesleyana; Revisado en 2019.  «Nuestra Herencia Wesleyana» excerpt de www.wesleyan.org/ecd/women-in-leadership 

Regocijarse, Orar y Dar Gracias

Cuando crees que puedes huirle a Dios, ¡jaja!

Podría huir del llamado de Dios para ir al Seminario, pero ni el idioma, ni la cultura, ni las distancias impedirían los planes de Dios para mi vida, también pensé lo mismo cuando dejé mi país natal, «dejé el llamado de Dios para mi vida en el sur». Pero no, eso no es posible. O eso pensaba, que cuando dejé mi país natal- había dejado allá el llamado de Dios para mi vida en el sur.» Era evidente que no había leído el Salmo 139.
Cuando tuve mi «momento con Jesús es decir cuando lo acepté en mi corazón» en el verano de 2012 aquí en el norte, en mis tiempos de oración, Dios me recordó las palabras que habló sobre mí cuando era niña. Pero aun así, decidí «tomar acción por mi cuenta” al casarme y hacer las cosas que no planeaba hacer pero que sabía honrarían a Dios. De vez en cuando, mi pastor en comentarios destacaba algunos dones y talentos dados por Dios a mi vida y yo siempre ponía excusas hasta que un día se me acabaron. Así que en lugar de ir al Seminario (para recibir capacitación ministerial), el Seminario vino a mí.

En 2014, tomé mi primera clase de FLAMA, y aunque me pareció una eternidad mientras criaba mis bebés, en 2019 recuperé un poco de enfoque y con el apoyo de mi familia nuevamente por invitación de mi pastor, volví a lo que mis hijas le llaman: “La Escuela de Dios.” No ha sido fácil, pero quiero recordarles que, si Dios les ha dado una palabra o una promesa, sigan creyendo, sigan confiando, sigan dando y no desistan de hacer el bien.

Daniela Galindo-Cabriales, discípula de Jesús, esposa, madre y líder de adoración. Queriendo ser Podcaster, creó el podcast «RedRoom Conversations» RedRoom Conversations • A podcast on Spotify for Podcasters y el blog The Daniela Writes Journal (redroomconversations.blogspot.com) Wisconsinita por adopción, Mexicana de corazón.