10 de agosto de 2022

SALMO 45 NVI

Al director musical. Sígase la tonada de «Los lirios». Masquil de los hijos de Coré. Canto nupcial.

En mi corazón se agita un bello tema

mientras recito mis versos ante el rey;

mi lengua es como pluma de hábil escritor.

Tú eres el más apuesto de los hombres;

tus labios son fuente de elocuencia,

ya que Dios te ha bendecido para siempre.

¡Con esplendor y majestad,

cíñete la espada, oh valiente!

Con majestad, cabalga victorioso

en nombre de la verdad, la humildad y la justicia;

que tu diestra realice gloriosas hazañas.

Que tus agudas flechas atraviesen

el corazón de los enemigos del rey,

y que caigan las naciones a tus pies.

Tu trono, oh Dios, permanece para siempre;

el cetro de tu reino es un cetro de justicia.

Tú amas la justicia y odias la maldad;

por eso Dios te escogió a ti y no a tus compañeros,

¡tu Dios te ungió con perfume de alegría!

Aroma de mirra, áloe y canela

exhalan todas tus vestiduras;

desde los palacios adornados con marfil

te alegra la música de cuerdas.

Entre tus damas de honor se cuentan princesas;

a tu derecha se halla la novia real

luciendo el oro más refinado.

Escucha, hija, fíjate bien y presta atención:

Olvídate de tu pueblo y de tu familia.

El rey está cautivado por tu hermosura;

él es tu señor: inclínate ante él.

La gente de Tiro vendrá con presentes;

los ricos del pueblo buscarán tu favor.

La princesa es todo esplendor,

luciendo en su alcoba brocados de oro.

Vestida de finos bordados

es conducida ante el rey,

seguida por sus damas de compañía.

Con alegría y regocijo son conducidas

al interior del palacio real.

Tus hijos ocuparán el trono de tus ancestros;

los pondrás por príncipes en toda la tierra.

Haré que tu nombre se recuerde

por todas las generaciones;

por eso las naciones te alabarán

eternamente y para siempre.