28 de agosto de 2022

SALMO 63 NVI

Salmo de David, cuando estaba en el desierto de Judá.

Oh Dios, tú eres mi Dios;

yo te busco intensamente.

Mi alma tiene sed de ti;

todo mi ser te anhela,

cual tierra seca, extenuada y sedienta.

Te he visto en el santuario

y he contemplado tu poder y tu gloria.

Tu amor es mejor que la vida;

por eso mis labios te alabarán.

Te bendeciré mientras viva,

y alzando mis manos te invocaré.

Mi alma quedará satisfecha

como de un suculento banquete,

y con labios jubilosos

te alabará mi boca.

En mi lecho me acuerdo de ti;

pienso en ti toda la noche.

A la sombra de tus alas cantaré,

porque tú eres mi ayuda.

Mi alma se aferra a ti;

tu mano derecha me sostiene.

Los que buscan mi muerte serán destruidos;

bajarán a las profundidades de la tierra.

Serán entregados a la espada

y acabarán devorados por los chacales.

El rey se regocijará en Dios;

todos los que invocan a Dios lo alabarán,

pero los mentirosos serán silenciados.