13 de julio
SALMO 17:1-8 NVI
Oración de David.
Señor, oye mi justo ruego;
escucha mi clamor;
presta oído a mi oración,
pues no sale de labios engañosos.
Sé tú mi defensor,
pues tus ojos ven lo que es justo.
Tú escudriñas mi corazón,
tú me examinas por las noches;
¡ponme, pues, a prueba,
que no hallarás en mí maldad alguna!
¡No pasarán por mis labios
palabras como las de otra gente,
pues yo cumplo con tu palabra!
Del camino de la violencia
5he apartado mis pasos;
mis pies están firmes en tus sendas.
A ti clamo, oh Dios, porque tú me respondes;
inclina a mí tu oído, y escucha mi oración.
Tú, que salvas con tu diestra
a los que buscan escapar de sus adversarios,
dame una muestra de tu gran amor.
Cuídame como a la niña de tus ojos;
escóndeme, bajo la sombra de tus alas,