2 de julio
SALMO 6 NVI
Al director musical. Acompáñese con instrumentos de cuerda. Sobre la octava. Salmo de David.
No me reprendas, Señor, en tu ira;
no me castigues en tu furor.
Ten compasión de mí, Señor, porque desfallezco;
sáname, Señor, que un frío de muerte recorre mis huesos.
Angustiada está mi alma;
¿hasta cuándo, Señor, hasta cuándo?
Vuélvete, Señor, y sálvame la vida;
por tu gran amor, ¡ponme a salvo!
En la muerte nadie te recuerda;
en el sepulcro, ¿quién te alabará?
Cansado estoy de sollozar;
toda la noche inundo de lágrimas mi cama,
¡mi lecho empapo con mi llanto!
Desfallecen mis ojos a causa del dolor;
desfallecen por culpa de mis enemigos.
¡Apartaos de mí, todos los malhechores,
que el Señor ha escuchado mi llanto!
El Señor ha escuchado mis ruegos;
el Señor ha tenido en cuenta mi oración.
Todos mis enemigos quedarán avergonzados y confundidos;
¡su repentina vergüenza los hará retroceder!