25 de julio
SALMO 29 NVI
Salmo de David.
Tributad al Señor, seres celestiales,
tributad al Señor la gloria y el poder.
Tributad al Señor la gloria que merece su nombre;
postraos ante el Señor en su santuario majestuoso.
La voz del Señor está sobre las aguas;
resuena el trueno del Dios de la gloria;
el Señor está sobre las aguas impetuosas.
La voz del Señor resuena potente;
la voz del Señor resuena majestuosa.
La voz del Señor desgaja los cedros,
desgaja el Señor los cedros del Líbano;
hace que el Líbano salte como becerro,
y que el Hermón salte cual toro salvaje.
La voz del Señor lanza ráfagas de fuego;
la voz del Señor sacude el desierto;
el Señor sacude el desierto de Cades.
La voz del Señor retuerce los robles
y deja desnudos los bosques;
en su templo todos gritan: «¡Gloria!»
El Señor tiene su trono sobre las lluvias;
el Señor reina por siempre.
El Señor fortalece a su pueblo;
el Señor bendice a su pueblo con la paz.