29 de julio

SALMO 33:10-22 NVI

El Señor frustra los planes de las naciones;

desbarata los designios de los pueblos.

Pero los planes del Señor permanecen firmes para siempre;

los designios de su mente son eternos.

Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,

el pueblo que escogió por su heredad.

El Señor observa desde el cielo

y ve a toda la humanidad;

él contempla desde su trono

a todos los habitantes de la tierra.

Él es quien formó el corazón de todos,

y quien conoce a fondo todas sus acciones.

No se salva el rey por sus muchos soldados,

ni por su mucha fuerza se libra el valiente.

Vana esperanza de victoria es el caballo;

a pesar de su mucha fuerza, no puede salvar.

Pero el Señor cuida de los que le temen,

de los que esperan en su gran amor;

él los libra de la muerte,

y en épocas de hambre los mantiene con vida.

Esperamos confiados en el Señor;

él es nuestro socorro y nuestro escudo.

En él se regocija nuestro corazón,

porque confiamos en su santo nombre.

Que tu gran amor, Señor, nos acompañe,

tal como esperamos de ti.