3 de julio
SALMO 7 NVI
Sigaión de David, que elevó al Señor acerca de Cus el benjaminita.
¡Sálvame, Señor mi Dios, porque en ti busco refugio!
¡Líbrame de todos mis perseguidores!
2De lo contrario, me devorarán como leones;
me despedazarán, y no habrá quien me libre.
Señor mi Dios, ¿qué es lo que he hecho?
¿qué mal he cometido?
Si he hecho daño a mi amigo,
si he despojado sin razón al que me oprime,
5entonces que mi enemigo me persiga y me alcance;
que me haga morder el polvo
y arrastre mi honra por los suelos.
Selah
¡Levántate, Señor, en tu ira;
enfréntate al furor de mis enemigos!
¡Despierta, oh Dios, e imparte justicia!
Que en torno a ti se reúnan los pueblos;
reina sobre ellos desde lo alto.
¡El Señor juzgará a los pueblos!
Júzgame, Señor, conforme a mi justicia;
págame conforme a mi inocencia.
Dios justo, que examinas mente y corazón,
acaba con la maldad de los malvados
y mantén firme al que es justo.
Mi escudo está en Dios,
que salva a los de corazón recto.
Dios es un juez justo,
un Dios que en todo tiempo manifiesta su enojo.
Si el malvado no se arrepiente,
Dios afilará la espada y tensará el arco;
ya ha preparado sus mortíferas armas;
ya tiene listas sus llameantes flechas.
Mirad al preñado de maldad:
concibió iniquidad y parirá mentira.
Cavó una fosa y la ahondó,
y en esa misma fosa caerá.
16 Su iniquidad se volverá contra él;
su violencia recaerá sobre su cabeza.
17¡Alabaré al Señor por su justicia!
¡Al nombre del Señor altísimo cantaré salmos!