4 de julio

SALMO 8 NVI

Al director musical. Sígase la tonada de «La canción del lagar». Salmo de David.

Oh Señor, Soberano nuestro,

¡qué imponente es tu nombre en toda la tierra!

¡Has puesto tu gloria sobre los cielos!

A causa de tus adversarios

has hecho que brote la alabanza

de labios de los chiquillos y de los niños de pecho,

para silenciar al enemigo y al rebelde.

Cuando contemplo tus cielos,

obra de tus dedos,

la luna y las estrellas que allí fijaste,

me pregunto:

«¿Qué es el hombre, para que pienses en él?

¿Qué es el ser humano, para que lo tengas en cuenta?»

Pues lo hiciste poco menos que Dios,

y lo coronaste de gloria y de honra;

lo entronizaste sobre la obra de tus manos,

¡todo lo sometiste a su dominio!

Todas las ovejas, todos los bueyes,

todos los animales del campo,

las aves del cielo, los peces del mar,

y todo lo que surca los senderos del mar.

Oh Señor, Soberano nuestro,

¡qué imponente es tu nombre en toda la tierra!