30 de septiembre de 2022

SALMO 95 NVI

Venid, cantemos con júbilo al Señor;
aclamemos a la roca de nuestra salvación.
Lleguemos ante él con acción de gracias,
aclamémoslo con cánticos.
 
Porque el Señor es el gran Dios,
el gran Rey sobre todos los dioses.
En sus manos están los abismos de la tierra;
suyas son las cumbres de los montes.
Suyo es el mar, porque él lo hizo;
con sus manos formó la tierra firme.
 
Venid, postrémonos reverentes,
doblemos la rodilla
ante el Señor nuestro Hacedor.
Porque él es nuestro Dios
y nosotros somos el pueblo de su prado;
¡somos un rebaño bajo su cuidado!
 
Si oís hoy su voz,
no endurezcáis el corazón, como en Meribá,
como aquel día en Masá, en el desierto,
cuando vuestros antepasados me tentaron,
cuando me pusieron a prueba,
a pesar de haber visto mis obras.
Cuarenta años estuve enojado
con aquella generación,
y dije: «Son un pueblo mal encaminado
que no reconoce mis senderos».
Así que, en mi enojo, hice este juramento:
«Jamás entrarán en mi reposo».