26 de febrero de 2023

Mateo 21:23-32 NVI

Jesús entró en el templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los jefes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo.
―¿Con qué autoridad haces esto? —lo interrogaron—. ¿Quién te dio esa autoridad?
―Yo también voy a haceros una pregunta. Si me la respondéis, os diré con qué autoridad hago esto. El bautismo de Juan, ¿de dónde procedía? ¿Del cielo o de la tierra?
Ellos se pusieron a discutir entre sí: «Si respondemos: “Del cielo”, nos dirá: “Entonces, ¿por qué no le creísteis?” Pero, si decimos: “De la tierra”… tememos al pueblo, porque todos consideran que Juan era un profeta». Así que le respondieron a Jesús:
―No lo sabemos.
―Pues yo tampoco os voy a decir con qué autoridad hago esto.
Parábola de los dos hijos
»¿Qué os parece? —continuó Jesús—. Había un hombre que tenía dos hijos. Se dirigió al primero y le pidió: “Hijo, ve a trabajar hoy en el viñedo”. “No quiero”, contestó, pero después se arrepintió y fue. Después el padre se dirigió al otro hijo y le pidió lo mismo. Este contestó: “Sí, señor”; pero no fue. ¿Cuál de los dos hizo lo que su padre quería?»
―El primero —contestaron ellos.
Jesús les dijo:
―Os aseguro que los recaudadores de impuestos y las prostitutas van delante de vosotros hacia el reino de Dios. Porque Juan fue enviado a vosotros para señalaros el camino de la justicia, y no le creísteis, pero los recaudadores de impuestos y las prostitutas sí le creyeron. E incluso después de ver esto, no os arrepentisteis para creer en él.