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A lo largo de 9 años muchos han llegado a través de las clases de ciudadanía que se ofrecen en la iglesia City Life en Grand Rapids, MI. Juan es uno de los muchos inmigrantes mexicanos que llegaron a Estados Unidos con el fin de tener una vida mejor, y también fue un estudiante que tomó clases en City Life. Después de un semestre de clases y pruebas cívica, John ha decidido volver a las clases de ciudadanía, pero esta vez, él regresa como uno de los tutores. Él ha disfrutado forma relaciones con otros estudiantes y ahora siente que es hora de ayudar a los que le han ayudado; John pronto estará aplicando para tomar su examen de ciudadanía.

En el centro de la ciudad de Grand Rapids, Adam Lipscomb, co-pastor de City Life, sabe de la necesidad que hay para estas clases. “Tenemos muchos inmigrantes en nuestros vecindarios. Uno de nuestros miembros del equipo de arranque comenzó las clases de ciudadanía antes de empezar los servicios de adoración. Él dijo hemos ofrecido varias veces estas clases en el transcurso de los últimos 9 años”, “Después de estudiar más a fondo, nos dimos cuenta de que muchos de los inmigrantes de nuestros vecindarios eran indocumentados y no tienen un camino a la ciudadanía. La clase no podía ayudarlos! Así que empezamos a involucrarnos en la promoción de la reforma migratoria. Desde ese momento, empezamos a organizar una nueva iglesia hispana en nuestro edificio. Algunos de sus refugiados son indocumentados y tienen historias desgarradoras de injusticia”.

Abogar en favor de los inmigrantes se ha convertido en un elemento clave de su ministerio y ha sido el componente más satisfactorio para él. “Me encanta el trabajo de abogacía política. He estado en Washington, DC dos veces para hablar con los miembros del Congreso sobre la reforma y he asistido a juntas de nuestra ciudad con nuestro representante, Justin Amash. “Como pastor, Adam también tiene en cuenta la forma en que esto puede ser visto en su iglesia: “Prácticamente, nos ayuda como iglesia a mantener nuestro valor que la diversidad se convierta en una polarización entre las preocupaciones en blanco y negro. Para mí, personalmente, da una salida saludable para la frustración que siento acerca de colegas en el ministerio que han tenido que abandonar sus ministerios vibrantes debido a su condición de indocumentados.”

Al recibir la residencia legal no garantiza la estancia permanente, todavía existe la posibilidad de perder la residencia legal y que te tengas que irte del país. Una vez que un inmigrante recibe su residencia, hay un espacio de 3 a 5 años de espera hasta que se les permita dar el siguiente paso. Para garantizar una residencia permanente, tienen que pasar por el proceso de convertirse en un ciudadano. Este proceso consiste en tomar un examen de los conocimientos básicos de la persona sobre la historia y gobierno de los EE.UU., y ser capaz de hablar, leer y escribir inglés básico. Esto puede ser un reto para alguien que apenas sabe leer y escribir en su idioma natal, por otra parte, tener aprender en un par de meses lo que aprende un ciudadano de los EE.UU. en el lapso de 12 años de estudios. Sin la ayuda adecuada, una persona puede que no pase su examen y perder más de 600 dólares. City Life Church ha comenzado el ministerio de ofrecer clases de ciudadanía, donde instruyen a los estudiantes no sólo a conocer las respuestas correctas, pero la comprensión de la historia y el gobierno del país. A través de esto, ha hecho un gran impacto en su ciudad y, además, han tenido la oportunidad de ministrar y construir relaciones con la gente.

A lo largo de la Biblia, la inmigración es un tema que aparece con frecuencia. Podemos ver esto en los viajes de Abraham y la gran migración de los Israelitas. La palabra de Dios dice: “Así hablo Jehová de los ejércitos, diciendo: Juzgad juicio verdadero, y haced misericordia y piedad cada cual con su hermano: No agraviéis a la viuda, ni al huérfano, ni al extranjero, ni al pobre; ni ninguno piense mal en su corazón contra su hermano” (Zacarías 7:9-10). Como cristianos, somos llamados a mostrar amor y no opresión a las personas marginadas. Leer las Escrituras y relacionarse con los inmigrantes indocumentados debería ser algo atractivo para los cristianos moverlos a actuar sobre el tema de la inmigración. Adam dice, “Una vez que usted ama a alguien como amigo, no puedes dejar de desear el bienestar y la estabilidad de sus familias.”