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Matemáticas fue mi materia favorita en la escuela secundaria. Recuerdo lo ansioso que estaba porque llegara la hora de esa clase y correr a la pizarra cada vez que el profesor preguntaba quién sabía la respuesta a una ecuación. No me gustaba mucho historia y geografía, pero los números han sido una pasión para mi desde que era un niño, ¿sabes por qué? Porque lo único que necesitaba para resolver una ecuación era conocer la fórmula correcta. Además, las matemáticas no tienen variaciones ni estimados: dos más dos son cuatro y listo. Los números no mienten.

Cuando se trata de expandir el reino de Dios a través de la iglesia, hay muchos conceptos matemáticos que podemos aplicar. Aunque algunas personas piensan que los números no deben mezclarse con la iglesia, vemos que toda la Biblia está llena de simbolismos numéricos (incluso hay un libro llamado “Números”). Aquí hay algunas fórmulas que representan el estado actual de nuestra querida iglesia.

Restando: Alrededor del 80 por ciento de las iglesias en los Estados Unidos están disminuyendo o se han estancado en su asistencia. Pero esta disminución no solo se refleja en la asistencia a los servicios de la iglesia, sino también en la falta de impacto en las comunidades locales. Menos personas están poniendo su fe en Jesús y siendo discipulados. Lo más preocupante es que si no hacemos nada, estamos restando automáticamente. La pasividad de la iglesia local hacia la multiplicación de la iglesia hace que la Brecha del Evangelio sea aún mayor.

Dividiendo: Lamentablemente, muchas iglesias se plantan a partir de una división. El peligro de esto es que las iglesias que se plantan como resultado crecen con un espíritu de división en su ADN, y en poco tiempo se estancan, disminuyen o vuelven a dividirse.

Sumando: Aquí es donde cada iglesia y pastor se esfuerza por llegar: al crecimiento en la asistencia dominical. Pero incluso sumar es contraproducente. Porque podemos tener crecimiento numérico pero no transformación de vidas a través del discipulado. Sumar puede ser bueno, pero ¿estamos realmente impactando con solo agregar uno a la vez en un mundo que crece y se multiplica por millones?

Multiplicando: Esta es la fórmula más bíblica y efectiva para expandir el reino de Dios. A través de la multiplicación, el crecimiento ocurre exponencialmente.

La multiplicación de la iglesia es la única manera de efectivamente reducir la brecha del Evangelio y crear un impacto que perdurará más allá de nuestra generación. Solo multiplicándonos podemos alcanzar una generación necesitada. Solo al multiplicarnos podemos tener una presencia transformadora en cada código postal de nuestra nación.

Si cada Iglesia Wesleyana se multiplicara cada tres años, tendríamos:

  • más de 300 iglesias en 2022
  • 600 para 2025
  • 19,200 iglesias para el 2040

Esto significa que más de un millón y medio de vidas podrían ser transformadas por Cristo a través de la Iglesia Wesleyana Hispana. ¡Qué increíble sería ser testigos de este movimiento de Dios!

Pero ¿dónde empezamos? ¿Cómo multiplicamos nuestras iglesias? Jesús comenzó con un pequeño grupo de 12 discípulos que, a lo largo del tiempo, se multiplicaron en miles y luego en millones de cristianos en todo el mundo. Siguiendo este ejemplo, solo podremos comenzar con lo que ya tenemos.

La multiplicación de la iglesia comienza cuando tú y yo hacemos discípulos que luego hacen más discípulos, y así sucesivamente.

En la Iglesia La Roca en Winston-Salem, Carolina del Norte, hemos asumido este desafío al tener una “Mentalidad de Multiplicación del Reino”. En 2018, con la plantación de nuestro nuevo campus en Greensboro, abrimos la puerta para ver miles de personas decir “sí” a Cristo en los próximos años. Esto, a su vez, llevará a una transformación en nuestra comunidad

¿Estás comprometido en la multiplicación de la iglesia al discipular a otros cristianos? Si no lo estas, hoy es un buen día para empezar.